Cartas desde la trinchera

 Llegan a mi, esta serie de cartas que iré transcribiendo tal cual según vaya descifrando la escritura, "la letra es horrorosa". Espero que os guste y, como a mi, os sepa dar un nuevo punto de vista de nosotros mismos.
Las iré posicionando de más nueva a más vieja, como las entradas del blog. Si soy nuevos debéis leerlas de abajo a arriba.


SEGUNDA CARTA


12 de enero de 2025, trinchera oeste, isla de Tartessos.

Querido hijo mío,

Parece ser que desde que vivimos en el caos de la guerra, el correo funciona mejor que nunca. Pues justo ayer, recibí contestación a mi carta, es increíble que en este estado de cosas al menos el correo sigue funcionando igual de rápido “o lento según se mire” que en tiempos de paz.

Pero bueno será mejor que deje de elucubrar sobre cosas imposibles de comprender y reemprendamos nuestro relato.

En la respuesta a mi primera carta me preguntas, ¿Qué como comenzó todo esto? Y aunque la pregunta parece sencilla, la respuesta es como poco, complicada.
Y es complicada porque no se puede atribuir esta guerra a un hecho aislado, a la invasión de nuestro territorio por una fuerza aliada. No, aunque este ataque sea considerado el principio de la guerra, los caminos que desembocaron en ella son largos, oscuros y difíciles de explicar, máxime para una persona de poca cultura como yo. Pero en la medida de mis posibilidades intentare darte algunas pistas de lo que yo creo nos hizo desembocar en esta pesadilla.

Te pongo un poco en antecedentes.

Después de más de diez años de crisis mundial, el poder ha cambiado de manos en este planeta moribundo. Si antaño eran los yanquis y los judíos los dueños del cotarro, ahora son sus acérrimos enemigos quienes mueven los hilos. Así es, después de tanto tiempo en la cima, occidente se ha rendido, y ahora son los chinos y los rusos los nuevos amos.

Emborrachados de poder y gloria, occidente se dedicó durante años a vivir de las rentas. Legislando y controlando a sus súbditos hasta en el más mínimo detalle, hasta para ir a mear tenias que haber realizado un curso y sacado el correspondiente permiso. "El estado del bienestar" lo llamaron. Y no cabe duda de que durante un tiempo vivimos bien, con muchos derechos, sin ninguna moral y con el único deber de pagar a la, cada vez más grande y omnipresente, maquinaria del estado. En este estado de cosas, los sueldos subieron y los gastos de mano de obra se dispararon. Y poco a poco en una lenta e inexorable sangría, la industria se fue desplazando hacia oriente, donde la mano de obra eran poco menos que esclavos y por tanto muy barata. Las grandes multinacionales, producían en oriente mucho y barato, debido a que los trabajadores allí estaban en derechos y sueldos a años luz de los de aquí. Así con la hipocresía y la connivencia de nuestros políticos las grandes corporaciones inundaron con sus productos, producidos por semiesclavos, los mercados a unos precios muchos más económicos que los producidos aquí, con lo cual obligaron a las industrias que quedaban a elegir entre marcharse o desaparecer.

Pero eso no nos importó mientras tuviéramos dinero que gastar, y cuando este nos faltó, los bancos nos lo prestaron y cuando a estos tampoco les salieron las cuentas ellos también pidieron prestado. ¿Y a quien pidieron prestado? me preguntarás, pues aunque no te lo creas, a los únicos que tenían dinero, si si, a los mismos que nos vendían las mercancías y todos los productos que nuestra sociedad consumista necesitaba, a oriente.

Eres listo hijo mío, se que lo eres, por eso seguro que te estas imaginando como acaba esta historia.
En una casa, una empresa o incluso en un país, en el que  se gasta a manos llenas, siempre gastando y pidiendo dinero para pagar viejas deudas, y no se produce nada más que deuda, llegara un momento en el que no te quedará nada por vender o hipotecar, y te veras viendo salir el sol con una mano delante y otra detrás.

Bueno otra vez me he enrollado y al final no contesté a tu pregunta de la forma directa que quizás esperabas, pero lo peor de todo es que ya se hizo tarde, te prometo que mañana seguiré.

Buenas noches hijo mío, piensa en estas cosas que aquí te escribo intenta entenderlas, y explícaselas a la gente para que no vuelvan cometer nuestros propio errores.

Buenas noches tu viejo padre debe descansar.


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 PRIMERA CARTA



3 de enero de 2025, trinchera oeste, isla de Tartessos.

Querido hijo mío,

He decidido, escribirte estas cartas para que el día de mañana recuerdes porqué tu padre esta aquí, en la última trinchera. Y no es tanto porque te acuerdes de mi, que se que eso lo harás de veras y sin que tengas que recurrir a estas cartas. Lo hago quizás, por un ideal más noble, o al menos eso me gusta pensar, aunque algunos con el tiempo, piensen que lo hago por egoísmo. Por eso te pido que si algún día decides publicar estas cartas lo hagas tal cual, sin poner ni quitar una coma.

La finalidad última de estos escritos es que al menos, desde nuestro punto de vista, no se olvide el porque de esta funesta guerra. Como bien sabrás, la historia la escriben los vencedores y en esta farsa, todos nuestros papeles son de los vencidos.

No te equivoques, no me arrepiento de estar aquí, yo mismo lo elegí. Fui voluntario como el resto de los que aquí  estamos. Aunque tampoco por eso soy un héroe. Solo me considero una persona normal, que defiende su tierra, a su familia y a su forma de vida. Espero que nuestra inesperada resistencia fuera suficiente para daros tiempo de llegar a territorio libre.

Hoy no te contaré nada de historia, hoy quiero plasmar sobre el papel, algo que me ronda la cabeza desde el primer día que llegamos aquí, quiero explicarte el porque unos cuantos nos quedamos atrás. Y es que, aunque parezca sencillo, una serie de hombres que se quedan atrás para defender la retirada de sus familias. Hay algo más en todo esto que debe ser explicado.

Este pueblo fue siempre un pueblo difícil de entender, hasta por nosotros mismos. Se nos acusó desde que el mundo existe, de ser un pueblo de salvajes sin cultura. A pesar de que, eran nuestras antiguas colonias las que decían esto, a pesar de que trabajáramos los metales antes de que el resto saliera de las cuevas, a pesar de que nuestras naves surcaran el mar antes de que ninguno se hubiera siquiera atrevido a acercarse a el. A pesar de todas estas cosas nos llamaron salvajes. Dijeron que nuestra tierra era estéril, poco menos que un desierto quemado por el sol. Y decían esto mientras inundábamos de aceite y otros alimentos todos los confines del mediterráneo. Dijeron incluso que éramos vagos a pesar de que nuestros hombres y mujeres trabajaron siempre de sol a sol,  y de que como ha demostrado la historia hemos levantado regiones y países enteros con nuestro sudor. Dijeron de nosotros, que éramos unos incultos y lo dicen a boca llena a pesar de que nuestros artistas estén reconocidos a nivel mundial y que nuestra inventiva sea copiada con descaro desde que el mundo es mundo.

Pero de lo que no nos podrá acusar nadie es, de que somos cobardes, desde que el mundo existe esta quizás fue la industria que mejor se nos dio, la guerra. Durante siglos el mundo tembló ante nuestra presencia y hoy el ejército más poderoso del mundo aun llora a sus muertos después de enfrentarse a nosotros. No, no creas que soy un triunfalista, de sobra se, sabemos todos, que esta es una guerra perdida. Pero quizás sea eso, el saber que nuestro fin esta cerca, lo que nos hace luchar sin dar cuartel al enemigo con todo el arrojo del que somos capaces, más allá de cualquier atisbo de cordura.

Pero no era esto lo que quería decirte, hoy solo quería contarte que perteneces a una tierra sin igual, que dio grandes hombres al mundo, pero que fue en los hombres sencillos donde nos volcó todo su poder. Porque esta tierra que abandonaste y  a la que espero que tarde o temprano pueda regresar, corre por nuestras venas y nos da el poder de cambiar nuestro destino. Porque siempre en los momentos difíciles, salió lo mejor de nosotros a relucir. Y solo la ignorancia y estupidez de nuestros gobernantes y la envidia de nuestros vecinos han podido a duras penas y siempre con la complicidad de nuestros políticos, parar la fuerza vital que corre por nuestras venas. Esta fuerza no es otra, que la que hizo al primer hombre tallar un arma con una piedra, es esa y no otra, la fuerza que late bajo nuestro duro corazón. Por eso se que no hoy, pero si mañana, volverás a pisar la tierra que tu gente regó con su sangre y sudor desde que el mundo vio la luz por primera vez.

Es tarde ya hijo mío, tu viejo padre tiene que descansar.

Piensa en lo que estas líneas encierran de verdad y dalas a  conocer al mundo cuando creas conveniente.
Hasta pronto.

4 comentarios:

  1. Vamos que nos tienes abandonados con las cartas desde la trinchera, si total no hay trabajo, tendremos que leer...

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  2. al final no has dicho cual a sido el motivo de la gerra

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  3. eres el puto amo, y eso lo dice er niño-ana!!

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