lunes, 19 de enero de 2015

A LAS PUERTAS DEL INFIERNO

A las puertas del infierno me encuentro. Hace veinte años, que espero ser castigado, veinte años mirando por encima del hombro, hacia atrás, esperando ver en las sombras, otra sombra mas negra que se mueva incoherente, veinte años acojonado, veinte años esperando. Y ahora que ha llegado mi castigo, ahora que debería de estar prevenido, estoy aquí llorando desconsolado en un rincón. No lloro porque me sea arrebatado el cuerpo, que mas me da, lloro porque se me llevará el alma, porque me quitará la luz que durante los últimos veinte años ha iluminado mi destino, mi faro a seguir.
¿que será de mi? sin una luz que guíe mis pasos. La oscuridad que hay al otro lado, me hace llorar de miedo, el frío ha calado mis huesos, mi alma está muerta. No soy nada en la negra inmensidad. La nada flotando en la nada.

Siento su hedor en mis huesos, su mano fría y putrefacta se acerca lentamente a mi cuello, milímetro a milímetro explayandose en el terror que me produce. El aire frío que desplaza al moverse hiela mi garganta, cierro los ojos y aprieto los labios esperando el golpe final que me desligue para siempre de este mundo, para dejar de sentir dolor y tristeza. Espero ansioso el fin, el paso a una nueva etapa. Espero y aprieto mas mis labios, me los muerdo de miedo e impaciencia.

Noto la sangre caliente de mis labios............. su dulce sabor.............

Si mi corazón no late no puedo sangrar.......

Abro los ojos aterrorizado, la inquietante oscuridad de la nada en la que me desvanecía, deja paso a un sucio y blanquecino resplandor, podría ser el siguiente paso, la luz que debe iluminar mis pasos, pero no lo es. No puede serlo, la luz es ahora grisácea, me duele todo el cuerpo desde los ojos hasta los dedos de los pies. Me incorporo levemente entre las airadas protestas de mi dolorido cuerpo. El paisaje a mi alrededor es devastador. Polvo y cascotes caen desde mi cabeza, me doy cuenta de que estoy semienterrado entre los escombros, a mi alrededor solo veo destrucción. Montañas de escoria y escombros humeantes cubren todo lo que soy capaz de ver.